Buenas a todos queridos lectores. Esta reseña ha tardado algo más en salir porque hemos reducido un poco el ritmo. Como bien sabéis tenemos vida fuera de esto y hay que balancear las cosas. Es por esto que a partir de ahora vamos a sacar reseñas una semana si y otra no. Queda dicho.
Ahora bien, y de nuevo centrándonos en lo que toca, os traemos la reseña de La Antojería Grill, local ubicado en la calle Felipe Segundo en Sevilla. Cuando fuimos nos costó un poco aparcar porque esa zona es muy residencial (Zona bastante pija, la verdad) y no hay parking cerca, al menos que supiésemos, por lo que tuvimos que dar varias vueltas hasta encontrar un lugar donde aparcar. Una vez llegamos, vimos que es un local como partido en dos, una parte de Grill donde están las hamburguesas y otro como de tapas.
Una vez entramos y nos sentamos vimos que el local es agradable, no está mal terminado. Eso si, como punto negativo la música estaba altísima (Al principio alta, luego estuvo otro rato apagada sin nada y ya al final al volumen correcto) y otro detalle malo, aunque no es culpa del local «Per se» es que la gente sentada fuera fumaba y se mete el olor a tabaco dentro y la verdad nos molestaba y eso que estábamos en el interior, y nosotros que no fumamos olemos el olor del sucio tabaco a leguas, pero repito, tampoco es culpa del local.
No tuvimos que esperar mucho a que nos acomodaran, y el local tenía en las paredes unos grandes espejos que hacían que el local pareciese mucho más grande de lo que era. Pequeños trucos visuales que molan y que son agradables.
Como podéis ver había mucha madera en el local y el acabado sin ser explosivo era correcto. Nos sentaron en una mesa doble para hasta 8 personas, pero estábamos solo dos. A mi me tocó la columna detrás y migue estaba al lado de la puerta por donde salían los camareros, desde luego no fue la mejor ubicación posible jeje.
Dentro del local había detallitos elegantes de decoración que como siempre me llaman la atención y dan un punto de sofisticación y detalle que suele agradar y acompañar al mobiliario. En este caso tampoco eran los más impresionantes, pero estaban bien.
Aunque no nos sentamos aquí, la verdad es que este rinconcito me encantó, por la iluminación, por la intimidad que tiene y porque está en el fondo del local. Eso si, como se ve es para mucha gente y evidentemente a nosotros dos no nos iban a sentar ahí. Un detalle, las losetas de cerámica junto con el ladrillo visto y la madera, muy bonito todo.
En cuanto a cubertería, y atención, la verdad que no hubo queja. La camarera nos atendió bien, normal nada reseñable. En cuanto a la cubertería cómo podéis ver, teníamos servilletas de verdad, un «mantelito» a juego y con la A de Antojería y un plato curioso, no por la forma o color sino porque es super rugoso y característico. Ojo al careto de Migue de niño bueno.. No tiene precio. Por otra parte fijaos en los códigos QR que están pegados en la mesa, porque nos dieron un quebradero de cabeza tremendo y hasta que no me di cuenta estuvimos un rato. ¿Qué pedimos Migue? «Pues esto… » ¿Y eso donde está? «Pues en la carta», «Pues no lo encuentro». Y así un rato, hasta que nos dimos cuenta que los códigos QR no eran iguales uno era para Antojería Grill y el otro Para Antojería a secas, pero la web era la misma pero con carta cambiada. Es decir, en una mesa había un código QR y en la otra mesa que teníamos pegada y de donde yo lo escanee era otro diferente, vamos una locura hasta que caímos.
Aunque siendo justos, si te paras un poco, encima del QR está el logo de hamburguesa y el otro está el de A de Antojería, pero claro, tu ves un QR y te tiras a escanear sin mirar.
Bueno, como siempre agua para el menda, y Coca Cola para Migue. De entrante Alitas de pollo. Había media ración y completa. Le preguntamos a la camarera si la completa sería mucha y la verdad que nos dijo «Está bien». Bien es «Menos mal que hemos pedido la entera» porque a pesar de que venían 9 unidades, eran de un bocadito y hueso. Vamos que me lo como yo solo y me quedo con hambre. Eso si, estaban ricas, muy calentitas (La sartén esa achicharraba) y con una salsa muy rica, picantona, es decir Barbacoa. No os dejéis engañar por la foto, había 9 unidades pero de cada una sacabas solo un cachito de carne. Estuvo bien servida y muy sabrosa, eso si.
La carta era la web, y de todas las hamburguesas que vimos, nos decantamos por la ROYAL FOIE, que tenía queso de cabra, y a mi me encanta. No se por qué mi cerebro pensó que habría Foie Gras… será por lo de FOIE, pero no. El tiempo de servicio fue correcto. Ni lento ni rápido. Bien ahí.
Aquí está la señorita hamburguesa. Vamos a ir por partes. De patatas estaba tirando a corta, porque no había muchas, pero estaban ricas, no las más sabrosas que hemos probado, pero como acompañante estaban aceptables (Las salsas en las bolsas industriales nos chirrían siempre y rompen la la armonía del plato). La presentación en la tabla estuvo guay, eso si nos gustó, porque siempre la madera tiene un lugar en nuestros corazones. Por ahí bien. Pero, ¿Qué tal la hamburguesa? Pues sentimos deciros que aquí la cosa se desinfló. Lo primero que notamos es que al pan no se le había dado nada de mimo, venía frio, sin tostar, sin el gratinado al huevo que tan bien le sienta a este tipo de panes y el resultado era un pan esponjoso, tirando a durillo y seco. De esos que se hace bola en la garganta si el bocado es muy grande y tienes que beber para bajarlo. Lo notamos nada más abrirlo para ver el interior.
Aquí está el pan sin cariño. No crujía, no estaba calentito y por desgracia era demasiado seco, restando jugosidad al bocado y haciéndolo de esos que te dan sed nada más tragar. Además también decir que la hamburguesa era tirando a pequeña. De aquí salimos con el ombligo en su sitio (Es decir, sin estar llenos).
El segundo punto que vimos flojito fue la carne. Hicimos la prueba de comer la carne sin nada, es decir, pegar un pellizco y probarla y en este caso no tenía demasiado sabor. Yo la pedí al punto y Migue algo más cruda, pero la realidad era que no estaba al nivel de otras. Estaba caliente, la textura no era mala, pero no era jugosa y se sentía apagada de sabor. Por otra parte, el queso de cabra si sabía a buen queso de cabra y estaba muy rico inundando de sabor la hamburguesa, aunque de nuevo nos pasaba como el caso «Trufa» que apagaba el resto de sabores. En cuanto al resto de elementos, no los acabamos de saborear bien por el sabor a queso. No podemos decir que la hamburguesa sea de las que más nos ha gustado, tampoco que sea la peor, pero siendo sinceros al ver que no solo tenían hamburguesas, sino que su menú era variado nos esperábamos algo así. Solo los restaurantes de «Hamburguesas» llegan a lo alto porque se les nota el mimo que ponen a cada pieza. Así que la hamburguesa tuvo un aprobado raspado, nada más. Se lo perdonamos un poco porque no son 100% una hamburguesería y creemos que no están al nivel de las grandes que hemos probado.
Una vez dicho esto, y siendo justos, de todas las que hemos ido, esta es la más barata. Así que realmente la relación calidad-precio es bastante buena. Vale, no son las mejores, pero al menos son casi 6 euros más baratas y eso hay que tenerlo en cuenta. El entrante del pollo también tuvo buen precio y en los puntos de coste van a tener muy buena nota. Son conscientes de que no tienen una calidad extrema por eso han puesto unos precios acordes. Y a modo de resumen: La ubicación regular (No hay aparcamiento en la zona) y el local olía a tabaco por culpa de la gente de fuera aunque el espacio era correcto y acogedor, el servicio bien, la hamburguesa cortita y el precio excelente.
Y hasta aquí la reseña de este pequeño local en Felipe II. Nuestras experiencias, nuestras opiniones.
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Puntuación de Antojería Grill
Ubicación / Local : 7
Servicio y atención: 6.4
Comida: 5.85
Precio: 8.06
Nota final: 6.6