Otro domingo más y otra reseña de restaurante. En este caso tenemos a Boho Grill, en Sevilla este. Si miramos su carta realmente no es una hamburguesería 100% dedicada, pero tiene una sección de hamburguesas realmente buena, así que ni cortos ni perezosos nos desplazamos este viernes a probarla. El restaurante está ubicado en Sevilla este, muy cerca del palacio de congresos. En esta ocasión aparcar nos fue sumamente fácil y encontramos sitio justo delante del local.
Como podéis ver tiene un gran estandarte de aspecto oxidado en la fachada con el logo y el nombre. El día era lluvioso pero eso nunca nos impedirá ir a probar hamburguesas, así que entramos decididos con paso firme y muchas ganas de comer. Nos acercamos a la puerta y aquí vino la primera sorpresa, grata, inesperada y maravillosa. Nos abrió la puerta una camarera con rasgos orientales, no se si japonesa o china, o quizás española, pero con rasgos muy característicos, y nos recibió con una sonrisa maravillosa (Bueno, estaba debajo de la máscara, pero se notaba que sonreía) y nos acompañó a nuestra mesa. Hay veces que un buen trato ya te hace estar más positivo a las experiencias. Dejemos a la camarera a un lado, que luego sigo con ella y vayamos al salón por dentro.
Lo primero que te llamaba la atención era lo bien que olía. Lo segundo la decoración tan cuidada y acogedora con ese verde en el techo, las máscaras y la decoración inmersiva. Todo muy cuidado y bonito. Me hizo bastante gracia la decoración de las paredes, que era exótica y diferente.
Además de esto había un rinconcito que era super chulo para cenar en intimidad con amigos. Para nuestra desgracia se sentó un grupo de mujeres que chillaban de una forma increíble ya a la mitad de la comida, y la verdad es que no me dejaban ni escuchar mis pensamientos. Pero oye, el habitáculo molaba, los sillones eran muy chulos y cómodos y en general el mobiliario estaba super bien cuidado.
Os pongo un detalle de la zona «Vip» jejeje que era acogedora, recogida, íntima y muy decorada de forma diferente.
Bueno pues una vez puestos en contexto de donde estábamos volvamos a la chica «Japonesa» (No se si era japonesa ¿eh? pero le llamaremos así para entendernos, además me encanta la cultura japonesa). Esa chica fulminó todos los récords de tiempo en el servicio. Conforme nos sentábamos ya nos estaba poniendo los cubiertos y preguntando que queríamos de beber. Vale, no estaba lleno el local, pero ya había unas cuantas mesas ocupadas, eran casi las 3 menos 10 más o menos. Una vez nos puso los cubiertos y pedimos la bebida, tardó como 3 segundos en estar con las bebidas y preguntarnos que queríamos de entrante. Me gustó el detalle del limón en la coca cola de Migue.
Vicheamos la carta para ver que pedíamos y al final nos decidimos por unos finger de pollo creo que eran (No recuerdo si era el nombre) y literalmente tardaron 1 minuto en ponérnoslo con una salsa de soja y mayonesa maravillosa. La velocidad del servicio fue brutal. Estuvimos mirando la web, la carta y todo estaba en orden. Web bien hecha, clara y con bastante donde elegir, con su correspondiente código QR que funcionaba bien. Mucho producto y variado, teniendo en cuenta que son un restaurante no solo de hamburguesas. Por aquí todo ok, nada deslumbrante, pero bien, correcto. Al final pedimos la Zulu que era la super del mes. Y si, tenía CHORIZO… toma ya.
Vale, sigamos que me lio. Llegó el pollo y tenía tan buena pinta que se me pasó fotografiarlo, así que os dejo una foto de lo que quedó cuando me di cuenta que no había hecho foto. Estaban calientes y la salsa esa de soja con mayonesa era increíble. Suave, sabrosa y combinaba perfecta con el pollo. Estaban muy calientes, sabrosos y la verdad con el hambre que llegamos, nos comíamos un ñu.
Además tenía una salsa barbacoa que mi compi pidió que era picantona, pero por encima de lo normal, muy rica, pero picante. Cuando terminamos llegó de nuevo la japonesa con su sonrisa «intra mascarar» para preguntarnos como había ido y retirarnos cosas. Era tan atenta y amable que molaba mucho. Una de las cosas que nos dimos cuenta es que al principio nos pusieron muchas servilletas, pero muchas muchas. No presagiábamos que íbamos a necesitarlas todas.
Una vez retirado el pollo pedimos las hamburguesas que de nuevo vinieron en un tiempo récord y además con sorpresa. Venía con un tazón de queso fundido que la chica le echaba en riguroso directo delante de ti. Atracón de queso en tu burguer.
La presentación era buena, correcta, patatas normales con condimento, y hamburguesa con muy buena pinta y una gran presentación inicial. Y ojo porque a priori algo tan molón, podría ser un punto negativo que veremos a continuación. Ojo a las uñas rosas tan cuidadas de la japonesa.
Vale, una vez vista la catarata de queso pasemos a la presentación oficial. Venía con patatas en cantidad media-corta con un pan muy poco tostado y la verdad es que no notamos una calidad o un aporte de sabor grande, más allá de dar consistencia y soporte. En el pan se puede mejorar sin duda porque era de esponjosidad media-dura y no acompañaba a la hora de notar jugoso el bocado, no estaba mal, digamos, correcto. Los elementos en general estaban en buena cantidad, excepto el queso vertido que lo inundaba TODO y este fue su talón de Aquiles. Hicimos, como es normal la prueba de la carne: Probarla sin nada, y era muy rica, sabrosa jugosa y en su punto como había pedido yo, Migue la quería por debajo de «Su punto». Era una muy buena carne, con mucha presencia y bien hecha, caliente y con su condimento perfecto. ¿Dónde está el problema? En el queso. Nos pasó como con la hamburguesa de trufa. Tanto queso mataba el sabor de casi todo. De hecho encima de la hamburguesa había dos lonchas de queso que Migue ni se dio cuenta y cuando le pregunté cuantos quesos había dijo 1, el fundido. El chorizo lo saboreabas cuando te comías un par de trozos de forma aislada y el tomate, beicon y la lechuga ni sabían, no porque fuesen malos o en mala cantidad sino porque era una hamburguesa de queso, queso y más queso. Lo que le dio el punto vistoso le robó la armonía de sabores. No nos malinterpretéis, estaba riquísima, porque además somos amantes del queso, pero nos gusta que sea como una orquesta sinfónica donde se aprecien todos los matices de los productos y en este caso por desgracia, sobresalía demasiado el queso.
La hamburguesa entró bien, era de buen tamaño y una cantidad para contentar bien a un adulto. Gastamos no se cuantas servilletas porque estábamos pringados hasta las manos de tanto queso y nos llevamos un rato limpiando y chupando dedos para quedarnos limpitos. Una vez comida la hamburguesa teníamos claro el veredicto sin habernos sentado a poner notas: Iba a ser un bien, aceptable, rica, pero no excepcional. Y en este caso nos ocurrió al contrario que en Burguer Food Porn: Hamburguesa excepcional, local y trato mal, y aquí, hamburguesa, bien, aceptable, local y trato excepcional. Si tuviese que elegir entre los dos, prefiero la segunda opción por parecer más equilibrada. En cualquier caso el Negrote se quedó con hambre y pedimos tarta de queso.
Por si no os lo habíamos comentado Miguel fue pastelero así que entiende de estas cosas. A mi personalmente no me gustó mucho la tarta y a Migue ni fu ni fa, además que la elección de la leche condensada no le favorecía. Hay que poner o fresa o frambuesa con la tarta de queso que es como nos la hemos encontrado en casi todos lados. Parecía un postre más por cumplir que por destacar. De nuevo en la zona de «Lo correcto». Hasta este punto todo iba bien, sin destacar ni para bien ni para mal. Supongo que como no son exclusivamente una hamburguesería no podemos exigirle al 100% como a otras con las que hemos sido más críticos. Pasemos a ver la cuenta:
Como pasa muchos sitios, la hamburguesa no es muy cara, pero lo que te cobran por una lata de coca-cola y una botella de agua pequeña, es demencial. Al final 43,30€ algo caro en general para nuestro gusto, en la media de lo que consideramos «Caro». No es que sea de otra órbita pero los finger eran algo caros para ser solo 6, las bebidas caras, y un tarrito pequeñito de salsa barbacoa 1€.
Entonces y a modo de resumen, local muy chulo, servicio excepcional, comida bien, y precio regular. Ah, y por supuesto, esta vez y por la sorpresa que nos llevamos aquí tenéis a la Japonesa:
Totalmente conjuntada desde el delantal hasta la máscara con los colores del local. Si nos leéis señores jefes de Boho Grill, subidle el sueldo pero ya. (Pedimos permiso para hacerle una foto ¿eh?). Ojalá nos atendiesen siempre así. Desde aquí nuestra enhorabuena Japonesa desconocida.
Pues hasta aquí hemos llegado. Os hemos contado lo suficiente para valorarlo vosotros.
Esperamos que os entretenga nuestras historietas de viernes y si os parece seguidnos en Instagram: cazadoresdehamburguesas
Puntuación de Boho Grill
Ubicación / Local : 8.85
Servicio y atención: 8.9
Comida: 7.25
Precio: 6.25
Nota final: 7.5